EL
CORDOBAZO
Córdoba se había convertido
en la capital industrial del interior. En ella estaban instaladas la mayoría de
las fábricas de automotores del país, una industria moderna propiedad de
poderosas sociedades extranjeras como Fíat y Renault. Esta última había adquirido
las instalaciones de Industrias Kaiser Argentina, IKA, de origen
estadounidense, radicada en Córdoba desde 1955 y dedicada a la producción de
automóviles. Los obreros industriales que trabajaban en esas plantas recibían
salarios más altos que el salario promedio industrial percibido en otras
provincias. Como resultado de todos estos factores, en la ciudad de Córdoba se
profundizó el proceso de urbanización.
En mayo de 1969, el Poder
Ejecutivo Nacional dictó un decreto por el cual se derogaban los regímenes
especiales sobre el descanso del sábado inglés en Mendoza, San Juan, Tucumán y
Córdoba. Al mismo tiempo también anunció el congelamiento de los convenios
colectivos y de los salarios.
En Córdoba, las regionales de
SMATA - el Sindicato de los Mecánicos de Automotores y Transportes de la
Argentina -, de Luz y Fuerza y la UTA - Unión de Tranviarios Automotor-
convocaron a una asamblea general. Las conducciones de estos tres sindicatos,
cuyos trabajadores recibían los salarios más altos del país, lideraron la
protesta. La sesión de esa jornada terminó con un enfrentamiento con la policía
y un llamado al paro general.
El 29 de mayo de 1969,
obreros y estudiantes cordobeses y de otras provincias salieron unidos a las
calles de Córdoba. Ante la magnitud de la movilización; Onganía ordenó que las
Fuerzas Armadas se hicieran cargo de la represión. La protesta fue un hecho
localizado en la ciudad de Córdoba y como resultado de los enfrentamientos hubo
presos, decenas de heridos y 16 muertos, algunos ajenos a la manifestación.
La protesta se extendió a
otras provincias. Rosario fue declarada zona de emergencia y colocada bajo
jurisdicción militar. También se profundizaron los conflictos en la provincia
de Tucumán. El cordobazo fue el inicio de un proceso de agudización de la
protesta social y la lucha armada que, desde entonces y por varios años, se
desarrolló en la sociedad argentina.
Los estudiantes en el
mayo cordobés
Un rasgo
original del movimiento estudiantil de 1969 fue el ejercicio de la crítica a la
organización, los contenidos y la práctica de la enseñanza. Es cierto que esta
línea de acción estudiantil fue uno de los argumentos centrales de la Reforma
de 1918, y el movimiento estudiantil reformista siempre manifestó una genuina
preocupación por lo que se denominaba la cuestión de la calidad de la
enseñanza. Lo distintivo de 1969 fue la radicación de los planteamientos y el
inicio de lo que podríamos llamar acción directa en muchas cátedras, escuelas y
facultades, contra los profesores que eran considerados los representantes más
evidentes del statu o la política de la dictadura en lo académico: mala calidad
de sus conocimientos, desactualización, falta de pluralismo en los discursos,
autoritarismo en la relación docente - alumno.
Lo novedoso respecto de la
práctica anterior del movimiento reformista estuvo dado por la masividad de la
participación y la generalización de los reclamos hasta constituirse en una
demanda general que abarcó prácticamente a toda la universidad.
Además, los reclamos
relacionados con la calidad de la enseñanza se convirtieron en el eje de una
movilización activa e inmediata. (Tomado de Horacio Crespo y Dardo Alzogaray,
Los estudiantes en el Mayo cordobés).
Los sectores sociales
y políticos frente al Cordobazo Luego de los sucesos del Cordobazo,
los distintos sectores sociales analizaron los hechos con la intención de
encontrar su significado.
Los empresarios de la
Confederación General Económica y el sindicalismo participacionista y
vandorista explicaron el Cordobazo como el resultado de la aplicación de una
política económica y social liberal que, por no contemplar los costos sociales,
generaba tensiones que se habían acumulado y que finalmente explotaron en aquel
episodio. Frente a esta situación, proponían la conformación de una alianza
social entre algunos sectores de las Fuerzas Armadas, los empresarios
nacionales y los trabajadores. Reconocían la importancia de las inversiones de
capital extranjero pero sostenían la necesidad de un mayor control sobre ellas.
Tanto la CGE como la CGT
propusieron la sustitución de Krieger Vasena. Ambas entidades entendían que las
movilizaciones populares que se habían extendido en todo el país después del
Cordobazo, podían servir como elemento para presionar al gobierno y lograr
cambios en la orientación de las políticas que favorecieran sus intereses.
Los principales medios
periodísticos y amplios sectores de la gran burguesía industrial tenían una
lectura diferente de la situación. Desde el punto de vista de estos sectores,
los acontecimientos ocurridos en el interior fueron el resultado de la falta de
autoridad del gobierno frente a lo que entendían era el avance del comunismo
internacional. Criticaron que el gobierno no hubiera desmantelado la capacidad
de organización de los sindicatos y que no hubiera ordenado reprimir con mayor
dureza los desbordes sociales.
Desde el punto de vista de
las organizaciones de la izquierda peronista y los partidos y agrupaciones de
izquierda no peronista, el Cordobazo significaba el comienzo de la revolución
social que conducía al país hacia el socialismo.
Por su parte, los partidos
políticos tradicionales, el peronismo y el radicalismo pensaban que la
violencia social tenía que tener como objetivo la recuperación de la
democracia. Sostenían que la vida política del país debía reencauzarse en las
instituciones del sistema republicano.
Para los sectores liberales
más tradicionales, el Cordobazo representaba la pérdida del orden y la
confirmación de la imposibilidad de consolidar un modelo económico de crecimiento
y de estabilidad sobre la base de los valores nacionales.
Las consecuencias
políticas del Cordobazo
El
Cordobazo provocó varias renuncias en el gobierno. Fueron reemplazados el
general Imaz, ministro de Interior y hombre de confianza de Onganía, y el
ministro de Economía, Adalbert Krieger Vasena.
Krieger Vasena fue
reemplazado por Dagnino Pastore, un técnico alejado de las expectativas de la
CGE y la CGT pero que tampoco contaba con la confianza de la gran burguesía
industrial. Rápidamente disminuyeron las inversiones y se aceleró la inflación.
Los sectores militares
liberales comenzaron a planear el desplazamiento de Onganía del gobierno. Para
la gran burguesía industrial y la mayoría de las Fuerzas Armadas, los tiempos
de Onganía al frente del gobierno habían llegado a su fin.
Hacia 1970, estos sectores no
tenían muy claro qué tipo de sistema iba a reemplazar al instaurado por
Onganía. No estaban de acuerdo con la política negociadora de Onganía con los
sindicatos, pero consideraban necesario encontrar una salida política que
contuviera la presión social y obtuviera cierto consenso entre algunos sectores
de la sociedad.
También para los sectores más
conservadores, el Cordobazo había puesto en evidencia las limitaciones del
Estado burocrático autoritario implantado en 1966.
La caída de Onganía
Después
del Cordobazo, el clima de violencia social se agravó. El 30 de junio de 1969,
el gobierno declaró el estado de sitio en todo el país. Esta medida, que
significaba la suspensión de las garantías constitucionales de los ciudadanos
fue justificada para "dotar al gobierno del instrumento legal adecuado
para asegurar la paz y el orden en todo el territorio de la república".
Sin embargo, entre junio de
1969 y mayo de 1970 se produjo una serie de acontecimientos violentos y
movilizaciones sociales que tuvieron profunda repercusión en toda la sociedad y
que terminaron de debilitar la posición de Onganía.
Sin duda, el hecho decisivo
que precipitó la caída de Onganía fue el secuestro del general retirado y ex
presidente Pedro Eugenio Aramburu por los Montoneros en el mes de mayo de 1970.
Aramburu fue asesinado el 1 de junio y su cadáver fue encontrado unos días
después.
El 8 de junio, la Junta de
Comandantes dio a conocer un comunicado en el que anunciaba que "las
Fuerzas Armadas no estaban dispuestas a otorgar un cheque en blanco al Poder
Ejecutivo Nacional". Finalmente, esa noche, Onganía presentó su renuncia.
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